domingo, 20 de octubre de 2013

EL HUMANISMO CRISTIANO

El humanismo, en general, es una doctrina y una actitud cultural, de origen grecolatino y renacentista, que revindica la dignidad, los derechos, las libertades, el desarrollo y el progreso de los seres humanos en este mundo. Es ateo o agnóstico si excluye a Dios, y es religioso si incluye a Dios reconociendo e experimentado su existencia.
El humanismo cristiano – que, en primer lugar, no se debe olvidar que es ante todo cristiano – se presenta como una alternativa no sólo respecto de las estructuras materiales del mundo actual, sino fundamentalmente respecto de las estructuras racionalistas que condicionan la mente y el pensamiento del hombre contemporáneo. Es una filosofía política que defiende una plena realización del hombre y de lo humano dentro de un marco de principios cristianos. Como nos enseña el principal exponente de este humanismo Jacques Maritain:
«La imagen del hombre del humanismo integral es la de un ser hecho  de materia y espíritu, cuyo cuerpo puede haber surgido de la evolución natural de formas animales, pero cuya alma inmortal procede directamente de la creación divina.
«El hombre está hecho para conocer la verdad y es capaz de conocer a Dios como la causa del Ser por medio de su razón, y de conocerlo en su vida íntima, a través del don de la fe.
«La dignidad del hombre es la dignidad propia de una imagen de Dios; sus derechos, así como sus virtudes, derivan de la ley natural, cuyas exigencias expresan en la criatura el plan eterno de la Sabiduría creadora.
Un humanista cristiano es el que piensa al hombre, no sólo a partir de su propia racionalidad, sino que admite y profesa la trascendencia de Dios y su  revelación. Esta revelación fundamenta su visión del hombre que es criatura creada y sostenida por Dios  y la acepta como orientación del mundo y de la vida. El humanista cristiano acepta y sigue a Cristo y su obra. En el orden individual y en el social, el humanismo cristiano es un aceptar y un vivir lo que Cristo nos ha legado como herencia, en resumen aceptar el Evangelio y las enseñanzas de Cristo y de su Iglesia.
Así pues, el humanismo cristiano se refiere a la revelación divina transmitida por la doctrina de Cristo, pero antes de que existiera el humanismo, existía una teoría cristiana de la sociedad. Su implicancia para la estructura social solo fue objeto de elaboración filosófica cuando hubo que oponer la concepción social cristiana a las herejías sociales: individualismo, socialismo.
El humanismo cristiano es de índole filosófica no religiosa. Es la concepción de la naturaleza humana que sirve de base a la Doctrina Social de la Iglesia, a la que se llega a través de un conocimiento racional individual y personal, garantizado por la revelación.
Los auxilios que presta al hombre para que conozca su propia naturaleza serian:
1.    La naturaleza de la conciencia moral que mueve al hombre a meditar sobre su naturaleza y sobre sí mismo.
2.    La naturaleza espiritual de su alma: la supervivencia después de la muerte; conocimiento de su creador; conocimiento del origen, sentido y fin de su existencia.
El hombre con su ley moral natural: exige dominio y ordenamiento de sus impulsos, inclinaciones, la visión justa de la naturaleza depende de:
LA VOLUNTAD Y LA LIBERTAD.
Capacidad de ser con plena responsabilidad lo que la propia naturaleza le determina a ser, caracterizando la dignidad del hombre a la que se da el nombre de PERSONA”.
EL CONCILIO VATICANO II Y EL HUMANISMO CRISTIANO
El Concilio Vaticano II en la Constitución Gaudium et Spes dice, La Iglesia sostiene que el reconocimiento de Dios no se pone, en ninguna manera, a la dignidad del hombre, ya que una tal dignidad se funda y se perfecciona en el mismo Dios”.
Empezamos por afirmar que el Humanismo Cristiano tiene su identidad fundamental es Jesucristo, vocación de todos los hombres, afirmación del hombre. El cristianismo nace con la experiencia en que Jesús de Nazareth se sintió hijo. El mensaje entero de Jesús sobre el reinado y la voluntad de Dios será orientado a Dios como Padre. Lógica consecuencia de esta experiencia fue su anuncio de que los hombres podíamos llamar a Dios “Padre”; que debíamos portarnos como hermanos en un marco de fraternidad universal y esperar un reino de justicia y de amor.
Esta experiencia y este anuncio de Jesús son la clave humanista del cristianismo. Ahí se fundamenta el proyecto global o utopía humanista de inspiración cristiana, la nueva concepción de Dios, del hombre de la historia y del mundo. Se busca construir un mundo fraternal digno de los hijos de Dios sobre un Humanismo definido en tres notas:
·   El destino y la envergadura de este proyecto tiene una primera nota definitoria el Humanismo del Amor. No un amor cualquiera, sino uno con fuerte acento en la generosidad desinteresada sobre los símbolos revelados por Jesús, Dios Padre - Hijo- Hermanos. Estamos invitados y convocados a vivir amándonos como hermanos, también a los que son enemigos, y esto de modo práctico, renunciando a la venganza y devolviendo bien por mal.
·   La segunda nota definitoria del proyecto global cristiano es el Humanismo de la Esperanza. Una esperanza solidaria dado que la llegada del Reino de Dios, no es para el bienestar de uno o de pocos, sino para todos, y su construcción es también y aún primariamente, tarea de todos, en perpetuo proceso creativo. La parábola con la que Jesús surgió cómo será el juicio sobre la vida humana es hoy con toda razón invocada como clave de una situación activa y social de la esperanza “Me diste de comer, me diste de beber”.
·   El humanismo cristiano del amor y de la esperanza solidaria es también Humanismo de la Justicia. Por que su mirada a lo trascendente no olvida la realidad presente. Es por eso, un humanismo de lucha por la justicia, allí donde la justicia no es realidad.
En síntesis, el humanismo de inspiración cristiana no es un mero saber del hombre, sino un crecer consciente como hombre, un optar por la persona de Jesús, Hijo de Dios e Hijo de María, y por su misión de llevar plenitud a todos los hombres. El humanismo cristiano contempla al hombre, se acerca al hombre desde Jesús. Desde ahí se solidariza con el hombre, da firmeza a su responsabilidad y fundamenta su diálogo en una relación esencialmente personal.
A la relación de este proyecto global del humanismo cristiano debemos llevar como aportación especifica la luz del ideal fraternal del amor, de la esperanza y de la justicia. Un Dios profundamente humano y unos hombres no eclipsados sino enaltecidos por Él y llamados a la plena fraternidad de los “Hijos de Dios”.
Debemos recordar que este Proyecto Global de Humanismo de Inspiración Cristiana, nos señala también sus postulados básicos:
·   Dejar que Dios sea más que los límites de la razón.
·   No dejar que el hombre sea menos que hombre, ni desde luego, menos que las cosas.
·   Insertar el Humanismo de Inspiración Cristiana en la sociedad a la que nos debemos.
·   No buscar su comprensión desde lo humano sino desde la fe.
·   Tratar de que todos nosotros respondamos a las exigencias de nuestra fidelidad Cristo.
Visión coherente del hombre según el Concilio Vaticano II:
1.    Cada hombre es una persona insustituible, creado a imagen y semejanza de Dios, posee un alma inmortal y la capacidad de conocer y amar a su Creador.
2.    El fin del hombre, que trasciende todo ¡o terreno, es participar en la vida divina.
3.    El mundo es bueno, puesto que ha salido de las manos de Dios. El hombre es superior a todas las realidades materiales; pero no las desprecia, sino que las domina y las perfecciona con su trabajo.
4.    El hombre es un ser social y no puede vivir ni desplegar sus cualidades sin relacionarse con los demás. La fraternidad y el amor a los demás hombres será la manifestación y signo de su unión con Dios.
5.    El hombre, creado bueno por Dios, tiene una tendencia al mal, producida por el pecado original, que le rebaja y le impide alcanzar sin la gracia su propia plenitud.
6.    El hombre es libre. Con su libre capacidad de decidir es capaz de alcanzar las más altas cotas o hundirse plenamente.
7.    El hombre descubre en su conciencia una ley escrita por Dios en su corazón, la llamada ley natural, que le marca el camino del bien y del mal.
8.    La dignidad del hombre estriba en la fidelidad a su conciencia, que manifiesta el amor y la sabiduría de Dios, a la que debe cuidar para que no se deforme y caiga en el error.
9.    La muerte es el máximo enigma de la vida humana. Pero no es una destrucción del hombre, sino un paso a una perfección superior; pues su alma es inmortal, y alcanza su plenitud en la resurrección final.
BENEDICTO XVI Y EL HUMANISMO CRISTIANO
El Papa Benedicto XVI afirma como conclusión de su encíclica, Caritas in Veritate: “la fuerza más poderosa al servicio del desarrollo es el humanismo cristiano que vivifique la caridad y que se deje guiar por la verdad, acogiendo una y otra como un don permanente de Dios”. Es decir, el humanismo cristiano consiste en la fraternidad humana que es la fuerza más poderosa para el desarrollo humano.
¿Qué es y en qué consiste el Humanismo Cristiano?:
El humanismo cristiano cree en la providencia de Dios Padre, espera la salvación del mundo por medio de su Hijo unigénito, Jesucristo, y propugna la caridad en la verdad, es decir, el amor fraterno o fraternidad humana, como ley fundamental del Cristianismo, para el progreso y desarrollo integral del ser humano y de la humanidad, dando respuestas a los temas del hambre, miseria, pobreza, guerras, violencia, injusticia, desigualdad, analfabetismo y enfermedades endémicas que padece y sufre.
El Papa expone el pensamiento y la acción del humanismo cristiano:
§ Sobre el desarrollo integral del hombre y de los pueblos, vivificado en la caridad verdadera, es decir, en la fraternidad humana, reflexionando y concretando sus efectos beneficiosos y positivos en las siguientes cuestiones sociales, laborales, económicas, jurídicas, políticas y religiosas actuales….
§ El cristianismo incluye una concepción del hombre en que, por considerarlo en relación con Dios, se garantiza de la mejor manera su dignidad.
§ El cristianismo valora al hombre, en la medida en que debe valorarlo, sin exaltarlo por encima de lo razonable y sin encontrar ningún antagonismo entre el respeto al hombre y el reconocimiento de Dios.
§ La fe cristiana no niega al hombre, sino que lo salva: le hace reconocer su grandeza y su potencia, al revelarle que está llamado a participar en la vida divina. La fe en Dios hace que podamos superar una idea del hombre que obtiene su perfección a base sólo de su relación con el mundo.
§ La relación del hombre con Dios es tan radical, que pretender que viva prescindiendo de esta relación eso sí que es alienarlo. Un hombre sin Dios es un hombre que ha entregado lo más verdadero de su ser a una realidad ilusoria.
§ El hombre es un ser personal y a la vez social, por lo que resulta insuficiente cualquier visión reductora: tanto la individualista como la colectivista.
§ El cristianismo parte siempre de la dignidad del hombre y de su perfectibilidad. A la vez, tiene en cuenta la herencia del pecado original, que ha herido su naturaleza, dando origen a deficiencias y debilidades. También la incapacidad de las solas fuerzas humanas para alcanzar la plenitud de vida en Dios, para lo que necesita la ayuda de la gracia.
§ Según la concepción cristiana, el hombre no es causa ni fin de sí mismo, porque estando sujeto a límites, a debilidades, a enfermedades, a caducidad inexorable, sería contradictorio que se produjera a sí mismo tan deficiente.
§ Según la doctrina cristiana, lo sobrenatural no anula lo natural, sino que lo eleva, lo proyecta y lo sitúa en su auténtica dimensión. El hombre cristiano asume los valores de la materia y del espíritu, como Cristo, el hombre nuevo, asumió todo lo humano, excepto el pecado.

§ La doctrina cristiana pone ciertamente en guardia a los cristianos contra el peligro de un humanismo puramente terrestre, les muestra al mismo tiempo cómo la fe que profesan, "lejos de disminuirla, aumenta más bien la gravedad de la obligación propia de ellos de trabajar con todos los hombres en la construcción de un mundo más humano".

domingo, 13 de octubre de 2013

El Magisterio de la Iglesia frente a los desafíos de la post modernidad: Ateísmo, Laicismo, Secularismo, Globalización y manipulación Genetica.

La Iglesia madre y maestra, aboga siempre por cuidar y proteger la dignidad del hombre “Enseñen todo lo que Yo os he mandado” ( MT. 28,29), por lo que ella se pronuncia siempre de todo lo que atente contra dicha dignidad, en este caso las ideologías.

Las ideologías son el conjunto de ideas fundamentales que caracterizan el pensamiento de una persona, una colectividad, una doctrina o una época: También se trata de la doctrina filosófica centrada en el estudio del origen de las ideas. La ideología tiende a conservar o a transformar el sistema social, económico, político o cultural existente. 
ATEISMO: Del griego a- theos- sin Dios.- Es una postura ideológica que vive sin preocuparse de la existencia de Dios y como consecuencia lo niegan.- Lo rechazan o buscan toda clase de medios para apartarlo de la vida del hombre.- Surgió como una ideología filosófica que trató de erradicar de la vida del hombre a Dios y  la religión.
.Causas del ateísmo
1.-Se tiene una imagen distorsionad de Dios, confundida con creencias, tradiciones y fenómenos derivados de varias causas.
2.-La presencia de un secularismo, agnosticismo y un renacimiento humanista que pretende que la vida en el mundo sea antropocéntrica y no cristocéntrica.
3.-El avance científico y tecnológico que crea hombres seguros de sí mismos y despreocupados de aspectos religiosos sin que se percate del designio de Dios que leemos en el Génesis a finales del capítulo 1 “ Dominad la tierra…”, ese dominio se manifiesta en el conocimiento y ciencia del hombre que por la soberbia y el pecado se desvía del verdadero fin establecido `por Dios.
4.- El ambiente social, político y económico, que tiende el utilitarismo y a una visión practica de la vida.
5.-Prescindir de Dios para sumergirse en un humanismo cerrado a toda trascendencia: Dios es presentado como innecesario o inoportuno.
Clases de ateísmo
a) Ateísmo Práctico.-Consiste en vivir como si Dios no existiera.
b) Ateísmo Teórico.-Implica un juicio negativo sobre la existencia de Dios, sustituyendo a Dios por el vacío o por un ideal meramente humano.
Enseñanzas de la Iglesia frente al ateísmo
1.- La Sagrada Escritura nos enseña que la inteligencia humana tiene capacidad para reconocer al hacedor de todo lo creado. Sab. 13,1-10.- San Pablo expone como los hombres tenían “obligación de buscar a Dios y procura hallarlo a tientas “ Hech. 17,27
Aceptar a Cristo es tener vida eterna, negarle es ponerse en camino de perdición. Jn.3,36 ; Hech. 3, 13
2.-ConcilioVaticano I afirmó:          Que Dios es principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón humana partiendo de las cosas creada.
3.- Concilio Vaticano II   (Gadium et spes nº 19 al 21)
El hombre vive en plenitud de la verdad reconoce libremente ese amor y se confía por entero a su creador, pero:
- Muchos se desatienden de esa íntima unión con Dios
- Muchos niegan en forma explícita a Dios
- La palabra “ateísmo” designa:
  +La negación de Dios expresamente
  +Nada puede decirse acerca de Dios
  +La exaltación del hombre
- El progreso técnico favorece a esta doctrina.
- Propone una liberación del hombre en lo económico y social, aduce que la religión es un obstáculo porque orienta el espíritu humano a una vida futura ilusionaría.
La Iglesia enseña que la esperanza escatológica no quita la importancia de las tareas temporales.- El remedio para el ateísmo hay que buscarlo en la exposición adecuada de la doctrina y la integridad de la vida y de sus miembros.- Eso se logra con el testimonio de una fe viva.
Catecismo de la Iglesia Católica Nº 2123-2126
Algunas enseñanzas del catecismo:
- Rechazar la existencia de Dios es un pecado contra el primer mandamiento.
- El ateísmo es un pecado contra la virtud de la religión.
- En la génesis y difusión del ateísmo puede decirse que los creyentes, en cierta manera han velado el verdadero rostro de DIOS.
- Con frecuencia el ateísmo se funda en una concepción falsa de la autonomía humana.

LAICISMO:
Es la corriente de pensamiento, ideología, movimiento político, legislación o política de gobierno que defiende, favorece o impone la existencia de una sociedad organizada aconfesionalmente, es decir, de forma independiente, o en su caso ajena a las confesiones religiosas. Su ejemplo más representativo es el "Estado laico" o "no confesional". El término "laico" (del griego laikós - "alguien del pueblo", de la raíz laós - "pueblo") aparece primeramente en un contexto cristiano.
El concepto de "Estado laico", opuesto al de "Estado confesional", surgió históricamente de la Separación Iglesia-Estado que tuvo lugar en Francia a finales del siglo XIX, aunque la separación entre las instituciones del estado y las iglesias u organizaciones religiosas se ha producido, en mayor o menor medida, en otros momentos y lugares, normalmente vinculada a la Ilustración y a la Revolución liberal.
Los laicistas consideran que su postura garantiza la libertad de conciencia además de la no imposición de las normas y valoresmorales particulares de ninguna religión o de la irreligión. El laicismo persigue la secularización del Estado, aunque se distingue del anticlericalismo radical ateo en cuanto no condena la existencia de dichos valores religiosos.
§  Laicidad: Mutuo respeto entre Iglesia y Estado fundamentado en la autonomía de cada parte.
§  Laicismo: Hostilidad o indiferencia contra la religión.
§  La laicidad del Estado se fundamenta en la distinción entre los planos de lo secular y de lo religioso. Entre el Estado y la Iglesia debe existir, según el Concilio Vaticano II, un mutuo respeto a la autonomía de cada parte.
La laicidad del estado no debe equivaler a hostilidad o indiferencia contra la religión o contra la Iglesia. Más bien dicha laicidad debería ser compatible con la cooperación con todas las confesiones religiosas dentro de los principios de libertad religiosa y neutralidad del Estado. La base de la cooperación está en que ejercer la religión es un derecho constitucional y beneficioso para la sociedad.
 

SECULARISMO:
SECULARISMO
La palabra secular y secularización derivan del latín “saeculum”, “secularis”, que se traducen como siglo y mundo.- En lo religioso hacen referencia al espíritu mundano, como opuesto al espíritu religioso.
Es el proceso general de liberación por la cual el hombre, la sociedad y la cultura se verían liberados de la tutela y control del mito de la religión y de la metafísica, o de las normas dependientes del ámbito religioso” ( Kloppenburg)
El secularismo es la ideología que apunta a separar a Dios de la vida pública y pretende la sistemática eliminación de cuánto hay de cristiano..- Sostiene que todas las realidades se explican por sí solas sin recurrir a Dios. Se considera a Dios enemigo, alienante del hombre.
Características.
-Dios es incompatibles con la libertad humana.
-La religión es antihumana y alienante porque separa al hombre de su quehacer terrenal.
-Niega la dependencia del creador.
-Conduce a la idolatría del tener el poder y el placer.
Reduce al ser humano a sólo valor material.
Causas
a)Desacralización.- Hace tiempo que el cosmos dejó de ser sagrado, las cosas no tienen fuerzas misteriosas ni se hallan habitados por espíritus o demonios.- Cuanto más avanza la ciencia y la técnica, más rápidamente desaparecen los espíritus y demonios, el cosmos se hace profano y secular.
b) Crítica externa.- la crítica y los ataques a la religión provienen de diferentes campos pseudos científicos en doctrinas sociales, económicas, o en razones de estados autodenominados ateos.- Los filósofos materialista o racionalistas de los siglos XVII y XVIII y otros del siglo XX para los cuales la religión  dicen que no sería más que una fase inmadura de la humanidad, fantasía e ilusión.

sábado, 5 de octubre de 2013

MOVIMIENTOS ECLESIALES Y SU RESPUESTA A LOS RETOS DE LA IGLESIA Y DEL MUNDO MODERNO

MOVIMIENTOS ECLESIALES
Son nuevas formas de asociación y colaboración entre sacerdotes, religiosos y fieles laicos dentro de la Iglesia Católica. Son grupos de personas unidas a participar de un mismo carisma. Constituyen  un modelo histórico nuevo en la iglesia.

Es aquella realidad vivificante del Espíritu de Cristo en la que participan laicos con manifestaciones de fe y testimonio cristiano basado en un carisma preciso otorgado al fundador de dicho movimiento.
Son pues, un instrumento de servicio para el fortalecimiento de la comunidad de la Iglesia en la verdad y caridad.

SU ORIGEN
Su nacimiento, o por lo menos su crecimiento, se ubica generalmente en Europa, en la década del 60’ e inspirados en las enseñanzas del Concilio Vaticano II.
La importancia que los movimientos eclesiales han adquirido en la Iglesia queda señalada por la convocatoria realizada en mayo de 1998.  En efecto, ese año el Consejo Pontificio para los Laicos de la Iglesia Católica organizó en Roma un congreso de movimientos bajo el lema "Movimientos eclesiales: comunión y misión en los albores del III Milenio".  Aunque esta no fue la primera reunión de movimientos, sí fue la primera convocada directamente por la máxima conducción de la Iglesia, el Papa Juan Pablo II.  Desde entonces se han sucedido los encuentros, tratando de implementar los logros alcanzados en el congreso de Roma.

MOVIMIENTOS ECLESIALES FORMADOS EN LA IGLESIA:
Dentro de la estructura organizativa de la lglesia Católica existen diversos movimientos eclesiales, que expresan la vitalidad de la misma frente a los desafíos de la evangelización y de la misión.
Los movimientos eclesiales se cuentan literalmente por miles, pero el apoyo del Vaticano a unos pocos de estos movimientos quedó “oficializado” en el famoso Congreso Internacional de los Movimientos Eclesiales, celebrado en Roma en el día de pentecostés de 1998. Aunque este encuentro congregó a 56 de estos nuevos grupos, el papa Juan Pablo II se reunió en público con los líderes y fundadores de siete de ellos, escogidos “en virtud de su extensión y representatividad universal”:

-  Kiko Argüello, del Camino Neocatecumenal 
- Chiara Lubich, de los Focolares 
- Luigi Giussani, de Comunión y Liberación 
- Patti Mansfierd, de la Renovación carismática católica
- Marcial Maciel, de los Legionarios de Cristo 
- Andrea Riccardi, de la Comunidad de San Egidio; y
-Joaquín Allende, del Movimiento Apostólico de Schoenstatt.

En esta ocasión, el Papa, bajo el lema “Movimientos eclesiales: comunión y misión al alba del tercer milenio”, quiso honrar a “una de las más claras expresiones de la acción del espíritu en la lglesia del siglo XX”. El movimiento más extendido en España, con 86000 miembros (siempre datos estimados), es el camino Neocatecumenal, seguido por el Apostolado de la oración, con 50000, y los Focolares, con 42000. Los Legionarios de Cristo (que figuran con el nombre de su rama laica, Regnum Christi), apenas 4000. El resto, hasta el medio millón, se reparte entre decenas de grupúsculos.

LA CONTRIBUCIÓN DE LOS MOVIMIENTOS EN LAS CIRCUNSTANCIAS ACTUALES
Para enmarcar adecuadamente los movimientos eclesiales, además de la renovación eclesiológica del Vaticano II, es necesario tener en cuenta la importante contribución que ellos están providencialmente ofreciendo a la Iglesia. Dicha contribución podríamos sintetizarla en los puntos siguientes:
* El desafío del secularismo y la urgencia de una nueva evangelización. La creciente secularización que, con diversos matices y expresiones, han penetrado en la sociedad occidental, constituyen actualmente uno de los mayores desafíos para la Iglesia. No es nada fácil resistir a esta corriente, y muchas veces resulta arduo vivir en coherencia con el Evangelio. Más difícil aún es, sin la ayuda de otras personas –y, por ejemplo, sin el aliento recibido en un movimiento–, desarrollar una acción que incida socialmente y contribuya a transformar el ambiente según los principios cristianos. En este sentido, a la luz de las exigencias que plantea la nueva evangelización, los movimientos ofrecen una preciosa aportación. 

El fundador de uno de los principales movimientos ha observado: “Evangelizar de modo misional hoy no significa sólo salir para tierras lejanas, sino también penetrar en aquellos nuevos ambientes de vida, que continuamente son creados por las transformaciones de nuestra sociedad, y testimoniar el amor de Cristo que hace la vida del hombre más humana, y le permite caminar hacia la verdad”. Se explica así por qué en los movimientos se aprecia una clara actitud anticonformista, un deseo de transformar el mundo siendo levadura en la masa. Es precisamente el aspecto que el Vaticano II ha individuado como peculiaridad de la misión de los fieles laicos en la Iglesia (cfr. LG 31-36), lo cual supone una actitud positiva frente al mundo, no entendido ya como reino del pecado, sino como parte integrante del plan salvífico de Dios.

ALGUNOS MOVIMIENTOS ECLESIALES






* Comunión y Liberación, otro enlace

otros Movimientos de importancia:
* Movimiento Familiar cristiano
* Movimiento Juan XXII
* Opus dei