La globalización es
un proceso económico, tecnológico,
social
y cultural
a gran escala, que consiste en la creciente comunicación
e interdependencia entre los distintos países del
mundo
unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de
transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. La
globalización es a menudo identificada como un proceso dinámico producido principalmente
por las sociedades
que viven bajo el capitalismo democrático o la democracia liberal y que han abierto sus
puertas a la revolución informática, plegando a un
nivel considerable de liberalización y democratización
en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus
relaciones internacionales.
Características
-
La velocidad con que se producen los
cambios
-
La generación de nuevos paradigmas
-
la comunicación mundial en forma instantánea.
La Globalización y la Iglesia
*globalización
a) Se detecta la presencia de una racionalidad instrumental que no reconoce la dignidad.
a) Se detecta la presencia de una racionalidad instrumental que no reconoce la dignidad.
b)
Tendencia que busca una homologación de visiones y actitudes, una asimilación
de valores y comportamientos, fomentando una alienación cultural.
*La Iglesia frente a esto señala:
a) El
principio y fin de todas las instituciones es la persona humana, imagen de
Dios, ser único e irrepetible.- Todo tipo de manipulación genética, psicológica
o religiosa de la persona, implica una reducción de la dignidad de la persona.
b) La
Iglesia busca el respeto de la identidad, lo que implica el reconocimiento de
expresiones propias de su relación con Dios, con los semejantes y con la
naturaleza.- La cultura se ha caracterizado por el reconocimiento de valores,
costumbres y leyes.
Prioridades de un mundo globalizado
1.-La
Primacía de la Persona.-El hombre es imagen de Dios y desde ahí radica su
dignidad.- En el proceso de globalización se destaca una racionalidad
instrumental que no reconoce la dignidad de la personal
2.-El
respeto a la Identidad.-E l pluralismo y en especial el respeto de la dignidad
y a la identidad de la persona es esencial para que la globalización no se
convierta en un colonialismo económico y cultural ya que cada persona refleja a
Dios.
3.-La
globalización de la solidaridad.-La solidaridad entendida como firme y
perseverante de empeñarse por el bien común es decir por el bien de todos y
cada uno para que todos seamos verdaderamente responsables de todos.
4.-Para
un mundo globalizado.-Es necesario tener en cuenta las siguientes pautas para
la acción:
-
Un mundo globalizado exige una ética
mundial.
-
La acción de la Iglesia es empeñarse por la
inclusión de los excluidos a través de la opción por los pobres
-
Es necesario fortalecer la familia
-
Promover una cultura de hospitalidad, la
iglesia nos llama a estar abiertos en la
dimensión de acoger a las personas en especial a los inmigrantes, los
preocupados por la ecología y el papel de la mujer.- Hay que sensibilizar a los
hombres con respecto a la dignidad de la mujer.
-
Dialogar con la ciencia, las culturas y
religiones.
-
Corresponde a la Iglesia en hacer buen uso
de los medios de comunicación, promover la ética y la democracia.
-
En el nivel socio cultural, la creación de
una mentalidad integracionista, fundada en la solidaridad.
-
En el nivel político, la promoción de una
democracia realmente participativa. —En el nivel económico, un intercambio
solidario de bienes, donde halla equilibrio entre importaciones y
exportaciones, se creen puestos dignos de trabajo, se rediseñen mecanismos para
modificar los efectos negativos de la globalización económica.
-
En el nivel moral, la creación de una ética
básica común, apoyada por una educación en valores como la transparencia, la
austeridad, el compartir, y el sentido ético religioso de la vida
-
El objetivo de la educación es desplegar
todas las potencialidades que Dios puso en cada persona de manera que ella
valore sus talentos.
-
La iglesia promueve la búsqueda de un nuevo
concepto de desarrollo que tenga como punto de partida y de llegada, a la
persona humana.
LA MANIPULACIÓN GENÉTICA
Es modificar la información y el caudal
genético de la especie. Es un procedimiento cuyas técnicas podrán ser utilizadas
en beneficio de la humanidad (curación de enfermedades , creación de mejores razas de ganado, etc.),
lo cual la Iglesia no considera
ilícito el uso de estos medios, siempre y cuando se
respeten la dignidad e integridad física y psicológica del hombre. Ella dice que todo
debe hacerse respetando el orden establecido por Dios.
PROBLEMAS ÉTICOS RELACIONADOS CON LA CLONACIÓN HUMANA
La clonación humana, está expuesta a todas las
observaciones éticas y jurídicas que lo han condenado ampliamente. Es «en el
método la forma más despótica y, a la vez, en el fin, la forma más esclavizante
de manipulación genética; su objetivo no es una modificación arbitraria de la
sustancia hereditaria, sino precisamente su arbitraria fijación en oposición a
la estrategia dominante en la naturaleza».
Es una manipulación radical de la relacionalidad y
complementariedad constitutivas, que están en la base de la procreación humana,
tanto en su aspecto biológico como en el propiamente personal. En efecto,
tiende a considerar la bisexualidad como un mero residuo funcional, puesto que
se requiere un óvulo, privado de su núcleo, para dar lugar al embrión−clon y,
por ahora, es necesario un útero femenino para que su desarrollo pueda llegar
hasta el final. En el proceso de clonación se pervierten las relaciones
fundamentales de la persona humana: la filiación, la consanguinidad, el parentesco
y la paternidad o maternidad. Una mujer puede ser hermana gemela de su madre,
carecer de padre biológico y ser hija de su abuelo.
Como en toda actividad artificial se «emula» e
«imita» lo que acontece en la naturaleza, pero a costa de olvidar que el hombre
no se reduce a su componente biológico, sobre todo cuando éste se limita a las
modalidades reproductivas que han caracterizado sólo a los organismos más
simples y menos evolucionados desde el punto de vista biológico.
Esta concepción selectiva del hombre tendrá, entre
otros efectos, un influjo negativo en la cultura, incluso fuera de la práctica
−numéricamente reducida− de la clonación, puesto que favorecerá la convicción
de que el valor del hombre y de la mujer no depende de su identidad personal,
sino sólo de las cualidades biológicas que pueden apreciarse y, por tanto, ser
seleccionadas.
La clonación humana merece un juicio negativo
también en relación a la dignidad de la persona clonada, que vendrá al mundo
como «copia» (aunque sea sólo copia biológica) de otro ser. En efecto, esta
práctica propicia un íntimo malestar en el clonado, cuya identidad psíquica
corre serio peligro por la presencia real o incluso sólo virtual de su «otro».
El cuerpo humano es elemento integrante de la dignidad y de la
identidad personal de cada uno, y no es lícito usar a la mujer para que
proporcione óvulos con los cuales realizar experimentos de clonación. Es inmoral porque también el ser clonado es un
«hombre», aunque sea en estado embrional. En contra de la clonación humana se
pueden aducir, además, todas las razones morales que han llevado a la condena
de la fecundación in vitro en cuanto tal o al rechazo radical de la fecundación
destinada sólo a la experimentación.
El proyecto de la «clonación humana» es una
terrible consecuencia a la que lleva una ciencia sin valores y es signo del
profundo malestar de nuestra civilización, que busca en la ciencia, en la técnica
y en la «calidad de vida» sucedáneos al sentido de la vida y a la salvación de
la existencia.La proclamación de la «muerte de Dios», con la vana esperanza de
un «superhombre», comporta un resultado claro: la «muerte del hombre». En
efecto, no debe olvidarse que el hombre, negando su condición de criatura, más
que exaltar su libertad, genera nuevas formas de esclavitud, nuevas
discriminaciones, nuevos y profundos sufrimientos.
LA CLONACIÓN PUEDE LLEGAR A SER LA TRÁGICA PARODIA
DE LA OMNIPOTENCIA DE DIOS.
El hombre, a
quien Dios ha confiado todo lo creado dándole libertad e inteligencia, no
encuentra en su acción solamente los límites impuestos por la imposibilidad
práctica, sino que él mismo, en su discernimiento entre el bien y el mal, debe
saber trazar sus propios confines. Una vez más, el hombre debe elegir: tiene
que decidir entre transformar la tecnología en un instrumento de liberación o
convertirse en su esclavo introduciendo nuevas formas de violencia y
sufrimiento. Es preciso subrayar, una vez más, la diferencia que existe entre la
concepción de la vida como don de amor y la visión del ser humano considerado
como producto industrial. Frenar el proyecto de la clonación humana es un
compromiso moral que debe traducirse también en términos culturales, sociales y
legislativos.
Es preciso recordar que el Magisterio de la
Iglesia, en la Instrucción «Donum vitae» de 1987, ha condenado la hipótesis de
la clonación humana, de la fisión gemelar y de la partenogénesis. Las razones
que fundamentan el carácter inhumano de la clonación aplicada al hombre no se
deben al hecho de ser una forma excesiva de procreación artificial, respecto a
otras formas aprobadas por la ley como la FIVET y otras.
Como hemos dicho, la razón del rechazo radica en
la negación de la dignidad de la persona sujeta a clonación y en la negación
misma de la dignidad de la procreación humana.
Los autores han subrayado que su intención no es
la de dar origen a un individuo humano. Pero, eso que ellos denominan como
científicos en su artículo «earlyembryo», embrión en fase inicial, ¿qué es? De
este modo, vuelve con toda su actualidad el interrogante bioético nunca
adormecido por la verdad: cuándo es posible considerar el inicio de la vida
humana. Más allá del acontecimiento científico, de hecho, sigue siendo éste el
tema del debate, quedando fuera de dudapor indicación misma de los científicos
que nos encontramos ante embriones humanos y no ante células, como alguno
querría hacer creer.
Este es el camino que todo científico honesto debe
seguir con el objetivo de garantizar el máximo respeto del hombre, es decir, de
sí mismo:¿Qué es la clonación?
Es el procedimiento científico que consiste en
tomar el material genético de un organismo para obtener otro idéntico,
denominado clon. A través de la clonación, no hay una unión de óvulos con
espermatozoides.
EL RESPETO DE LA PERSONA Y LA INVESTIGACIÓN
CIENTÍFICA
Los experimentos científicos, médicos o
psicológicos, en personas o grupos humanos, pueden contribuir a la curación de
los enfermos y al progreso de la salud pública.
La ciencia y la técnica son recursos preciosos cuando
son puestos al servicio del hombre y promueven su desarrollo integral en
beneficio de todos; sin embargo, por sí solas no pueden indicar el sentido de
la existencia y del progreso humano. La ciencia y la técnica están ordenadas al
hombre que les ha dado origen y crecimiento; tienen por tanto en la persona y
en sus valores morales el sentido de su finalidad y la conciencia de sus
límites. Es ilusorio reivindicar la neutralidad moral de la investigación
científica y de sus aplicaciones. Por otra parte, los criterios de orientación
no pueden ser deducidos ni de la simple eficacia técnica, ni de la utilidad que
puede resultar de ella para unos con detrimento de otros, y, menos aún, de las
ideologías dominantes. La ciencia y la técnica requieren por su significación
intrínseca el respeto incondicionado de los criterios fundamentales de la
moralidad; deben estar al servicio de la persona humana, de sus derechos
inalienables, de su bien verdadero e integral, conforme al designio y la
voluntad de Dios.
Las investigaciones o experimentos en el ser
humano no pueden legitimar actos que en sí mismos son contrarios a la dignidad
de las personas y a la ley moral. El eventual consentimiento de los sujetos no
justifica tales actos.
El trasplante de órganos no es moralmente
aceptable si el donante o sus representantes no han dado su consentimiento
consciente.