martes, 27 de mayo de 2014

DIOS INICIA SU PLAN DE SALVACIÓN




Desde el origen, Dios se da a conocer:
"Dios, creándolo todo y conservándolo por su Verbo, da a los hombres testimonio perenne de sí en las cosas creadas, y, queriendo abrir el camino de la salvación sobrenatural, se manifestó, además, personalmente a nuestros primeros padres ya desde el principio".
Los invitó a una comunión íntima con él revistiéndolos de una gracia y de una justicia resplandeciente.
Esta revelación no fue interrumpida por el pecado de nuestros primeros padres. Dios, en efecto, "después de su caída alentó en ellos la esperanza de la salvación con la promesa de la redención, y tuvo incesante cuidado del género humano, para dar la vida eterna a todos los que buscan la salvación con la perseverancia en las buenas obras".

Cuando por desobediencia perdió tu amistad, no lo abandonaste al poder de la muerte...Reiteraste, además, tu alianza a los hombres.

La Alianza con Noé:
Una vez rota la unidad del género humano por el pecado, Dios decide desde el comienzo salvar a la humanidad a través de una serie de etapas. La Alianza con Noé después del diluvio expresa el principio de la Economía divina con las "naciones", es decir con los hombres agrupados "según sus países, cada uno según su lengua, y según sus clanes".

Dios elige a Abraham:
Para reunir a la humanidad dispersa, Dios elige a Abraham llamándolo "fuera de su tierra, de su patria y de su casa", para hacer de él "Abraham", es decir, "el padre de una multitud de naciones": "En ti serán benditas todas las naciones de la tierra".
Abraham es el “Padre de los Creyentes” porque confió en el llamado de Dios con fidelidad y amor; cumpliendo fielmente su voluntad a pesar de los momentos difíciles que le toco vivir. De esta manera cumple con ser el “Padre del Pueblo de Dios” (Israel), fundamentándose en la siguiente Alianza:
v Descendencia numerosa, como las estrellas del cielo y las arenas del mar.
v Posesión del territorio de Canaán.
v Ser fuente de bendición para todas las naciones de la tierra, porque de su posteridad nacerá el Mesías.
El pueblo nacido de Abraham será el depositario de la promesa hecha a los patriarcas, el pueblo de la elección, llamado a preparar la reunión un día de todos los hijos de Dios en la unidad de la Iglesia; ese pueblo será la raíz en la que serán injertados los paganos hechos creyentes.

Dios forma a su Pueblo Israel: (Moisés)

Después de la etapa de los patriarcas, Dios constituyó a Israel como su pueblo salvándolo de la esclavitud de Egipto. Estableció con él la alianza del Sinaí y le dio por medio de Moisés su Ley, para que lo reconociese y le sirviera como al único Dios vivo y verdadero, Padre providente y juez justo, y para que esperase al Salvador prometido.
Dios celebra su alianza con Moisés y mediante él la hizo con el Pueblo de Israel, y consistió en lo siguiente:
§  Constituir el pueblo elegido.
§  Salvificarse y hacerlo capaz de acercarse a Dios siendo fiel al culto verdadero.
§  Comprometerlo a cumplir, asumir y observar los Diez Mandamientos de la Ley de Dios.

Siguió Dios hablando de diferentes maneras, sobre todo por medio de los Profetas, que recibían la Palabra de Dios en forma viva en su corazón y tenían que trasmitirla al pueblo, aunque muchas veces este pueblo era de dura cerviz (cf. Ex 32,9) y no quería escuchar las críticas que le hacían los profetas, porque la Palabra de Dios es como una espada (cf. Hb 4,12) que hiere el corazón porque separa el bien del mal y a menudo la gente no quiere escuchar a Dios para no dejar el pecado, porque están apegados y acomodados en ese pecado.
Los profetas anuncian una radical redención del pueblo y una salvación que abrazará a todas las naciones en una Alianza nueva y eterna. Del pueblo de Israel, de la estirpe del rey David, nacerá el Mesías: Jesús.

La Alianza de Dios con el hombre se manifiesta como un inmenso proyecto de salvación, que se realiza por etapas: Noé, Abraham, Moisés, Los Jueces, Reyes, profetas, Cristo. Dios permanece siempre fiel a su alianza, pero el hombre es infiel y rompe estos pactos de amistad con Él al pecar.

Nuestro Padre, busca la amistad del hombre basada en la fidelidad, felicidad y amor de acuerdo al Plan Salvífico a pesar de las infidelidades humanas.

Los elementos básicos que constituyen la alianza que Dios celebró con Abraham y Moisés, son los siguientes:
X  Llamada
X  Respuesta
X  Exigencia

La fe es la “respuesta” a la Palabra de Dios y es el esfuerzo por conseguir lo que esperamos, es el convencimiento respecto a lo que no vemos, es decir, la audaz y arriesgada confianza del hombre en el amor y en la omnipotencia de Dios.

Un Proyecto de Salvación basado en el Amor:
La plena y definitiva etapa de la es la que Él mismo llevó a cabo en su Verbo Encarnado, Jesucristo, mediador y plenitud de la Revelación. En cuanto Hijo Unigénito de Dios hecho hombre, Él es la Palabra perfecta y definitiva del Padre. Con la venida del Hijo y el don del Espíritu, la Revelación ya se ha cumplido plenamente, aunque la fe de la Iglesia deberá comprender gradualmente todo su alcance a lo largo de los siglos.

La gran revelación que Jesús hizo al mundo fue enseñarnos que Dios no es un Dios lejano, sino que es un Padre amoroso y cercano. Y si Dios es Padre nuestro, nosotros somos hijos de Dios.
Cristo Jesús "Mediador y Plenitud de toda la Revelación":
Dios ha dicho todo en su Verbo. "De una manera fragmentaria y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por su Hijo". Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, es la Palabra única, perfecta e insuperable del Padre. En Él lo dice todo, no habrá otra palabra más que ésta. 

Dios sigue hoy celebrando Alianzas con su Nuevo Pueblo (Iglesia), las cuales son:
v El sacramento del Bautismo que nos hace miembros de la familia divina.
v El sacramento del Matrimonio que compromete el amor infinito entre el hombre y la mujer.
v El Sacramento del Orden Sagrado que prolonga la misión sacerdotal de Cristo (Ministros).
v La vida religiosa que se inserta en el MISTERIO PASCUAL de Cristo.

Conclusión

Es impresionante ver como la mente tan sabia de Dios, ha diseñado un plan tan perfecto, para que ahora nosotros en Cristo, podamos disfrutar todo lo que el Padre le ha prometido a Cristo. Las bendiciones que Dios le prometió a Abraham eran para Cristo, pero por poner nuestra convicción en Él, ahora pasan a nosotros porque somos hijos en la Fe. Y recibimos las promesas que le fueron hechas a Jesús, y recibimos la promesa del Espíritu Santo por Cristo.