domingo, 21 de abril de 2013

LAS DIVERSAS APARICIONES DE JESUS RESUCITADO


Lectura: “La enfermera de la resurrección”


En el más antiguo leprosorio de JAPÓN, encontramos a un anciano Misionero, el Padre Anchen, que vive entre los leprosos hace 52 años. El nos narra la siguiente historia:
HORI, era una niña huérfana. Dos tíos buscaron el pretexto para liberarse de ella. Presentaba una pequeña erupción cutánea, y esto basto para definirla leprosa. HORI fue en cerrada entre los huérfanos. Varios años después, se dieron cuenta de que la niña nunca había tenido lepra; pero HORI, transformada ya en una hermosa muchacha, rechazo la libertad que le fue ofrecida. En el leprosorio se había hecho cristiana y había decidido dedicar su vida al cuidado de los hermanos que sufren. HORI se ha convertido en la mamá de los niños leprosos del “hospital de la Resurrección”. 



¿Qué motivación tuvo HORI a quedarse en el Hospital?



La Resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra fe en Cristo, y representa, con la Cruz, una parte esencial del Misterio Pascual. En cuanto al Hijo, él realiza su propia Resurrección en virtud de su poder divino. Jesús anuncia que el Hijo del hombre deberá sufrir mucho, morir y luego resucitar (sentido activo del término). Por otra parte, él afirma explícitamente: "doy mi vida, para recobrarla de nuevo... Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo". "Creemos que Jesús murió y resucitó".
La Resurrección de Cristo es un acontecimiento trascendente porque, además de ser un evento histórico, verificado y atestiguado mediante signos y testimonios, transciende y sobrepasa la historia como misterio de la fe, en cuanto implica la entrada de la humanidad de Cristo en la gloria de Dios. Por este motivo, Cristo resucitado no se manifestó al mundo, sino a sus discípulos, haciendo de ellos sus testigos ante el pueblo.
La Resurrección de Cristo, produjo varios efectos: primero, confirmó todo lo que Cristo hizo y enseñó, segundo, confirmó también su divinidad, y tercero, nos abrió el ingreso a una vida nueva en amistad con Dios.
La Resurrección de Jesús es garantía de nuestra propia resurrección.

APARICIONES DE JESUS RESUCITADO:
La resurrección corporal de Jesús es un elemento central de la fe cristiana. Al relacionar las apariciones del Cristo resucitado, el Nuevo Testamento no deja resquicio de duda sobre este acontecimiento.

  •    A María Magdalena (Mc 16:9; Jn 20:11-18).
  •    A las otras mujeres (Mt 28:8-10).
  •   A Pedro (Lc 24:34).A los diez discípulos (Lc 24:36-43; Jn 20:19-25).
  •    A los once, incluyendo a Tomás (Mc 6.14; Jn 20:26-29).
  •    Cuando su ascensión (Mc 16:19-20; Lc 24.50-53; Hch 1:4-12).
  •    A los discípulos en el camino de Emaús (Mc 16:12-13; Lc 24:13-35).
  •    En Galilea (Mt 28:16-20; Jn 21:1-24).
  •    A 500 personas (1 Co 15:6).A Santiago y los apóstoles (1 Co 15:7).
  •    A Pablo en el camino de Damasco (Hch 9:1-6; 18:9-10; 22:1-8; 23:11; 26:12-18; 1 Co 15:8).

Las apariciones visibles de Jesucristo, son signos de su presencia invisible.
En los relatos de apariciones del Señor, nos llama la atención el que los discípulos no lo reconozcan de pronto. Por otra parte, comprueban que es El. Esto tiene un profundo sentido. Naturalmente, es ante todo una prueba más de que la imagen del Señor resucitado les viene de la realidad y no es creación de su fantasía. Necesitan tiempo hasta reconocerlo. Pero esto nos hace ver algo aún más profundo que atañe al mismo Jesús, su novedad Jesús no es ya enteramente el mismo. Sus apariciones no significan que Quiera continuar unas semanas más su vida terrena, sino que inicia a sus discípulos y a su Iglesia en una nueva manera de su presencia. El hecho de que súbitamente pueda ser visto en medio de sus discípulos, no significa sólo que puede entrar "con las puertas cerradas", sino que está siempre presente aunque no lo vean. El Señor resucitado es la nueva creación entre nosotros. Las apariciones son indicios tácitos de su presencia permanente.A María en el huerto, a los discípulos en el cenáculo, sobre un monte y a orillas del mar, se le manifiesta en su palabra.
Esto nos llama señaladamente la atención en el relato de Lucas sobre los discípulos de Emaús Se les junta en persona en el camino, pero esto parece no decirles nada. Sin embargo: "¿Verdad que dentro de nosotros ardía nuestro corazón cuando nos venía hablando por el camino y nos explicaba las Escrituras?" (Lc. 24,32) En la palabra encontraron al Señor.

Una segunda manera de darse a conocer es un gesto preciso: la "fracción del pan" en Emaús. Que Jesús celebrara entonces la Eucaristía con los discípulos de Emaús o no la celebrara, es punto irrelevante. En ambos casos tenía este gesto el sentido de aludir a la Eucaristía, en que en adelante se daría a conocer. También el pescado y la miel, que Jesús come, alude a ella pues antiguamente se juntaba a la celebración eucarística dicha comida. Son indicaciones de su presencia en la eucaristía. Así pues, al aparecerse visiblemente, ilustró sobresu presencia invisible.
Por lo mismo soplo también sobre sus discípulos y les dio el Espíritu Santo, por el que en lo sucesivo nos uniríamos con El.En las apariciones se habla igualmente del oficio pastoral de Pedro y del perdón de los pecados. Esto todo son modos de la presencia de Jesús.

Jesús encarnó en su vida, y que desde su resurrección se irradia en el mundo a través de los creyentes:
  •   La especial relación y absoluta confianza en el Padre, hecha abandono filial Abba que supera toda servidumbre.
  •   La renovación de la mente y el corazón;
  •   La apertura a la salvación definitiva;
  •   Sobre todo, el dinamismo de la caridad, el amor radical y eficaz "que supera todos los demás dones.