En el más antiguo leprosorio de
JAPÓN, encontramos a un anciano Misionero, el Padre Anchen, que vive entre los
leprosos hace 52 años. El nos narra la siguiente historia:
HORI, era una niña huérfana. Dos tíos
buscaron el pretexto para liberarse de ella. Presentaba una pequeña erupción
cutánea, y esto basto para definirla leprosa. HORI fue en cerrada entre los
huérfanos. Varios años después, se dieron cuenta de que la niña nunca había
tenido lepra; pero HORI, transformada ya en una hermosa muchacha, rechazo la
libertad que le fue ofrecida. En el leprosorio se había hecho cristiana y había
decidido dedicar su vida al cuidado de los hermanos que sufren. HORI se ha
convertido en la mamá de los niños leprosos del “hospital de la
Resurrección”.
¿Qué motivación tuvo HORI a quedarse en el Hospital?
La Resurrección de Jesús es la verdad
culminante de nuestra fe en Cristo, y representa, con la Cruz, una parte
esencial del Misterio Pascual. En cuanto al Hijo, él realiza su propia Resurrección en
virtud de su poder divino. Jesús anuncia que el Hijo del hombre deberá sufrir
mucho, morir y luego resucitar (sentido activo del término). Por otra parte, él
afirma explícitamente: "doy mi vida, para recobrarla de nuevo... Tengo
poder para darla y poder para recobrarla de nuevo". "Creemos que
Jesús murió y resucitó".
La Resurrección de Cristo es un
acontecimiento trascendente porque, además de ser un evento histórico,
verificado y atestiguado mediante signos y testimonios, transciende y sobrepasa
la historia como misterio de la fe, en cuanto implica la entrada de la
humanidad de Cristo en la gloria de Dios. Por este motivo, Cristo resucitado no
se manifestó al mundo, sino a sus discípulos, haciendo de ellos sus testigos
ante el pueblo.
La
Resurrección de Cristo, produjo varios efectos: primero, confirmó todo lo que Cristo hizo y enseñó, segundo, confirmó también su divinidad,
y tercero, nos abrió el ingreso a una
vida nueva en amistad con Dios.
La Resurrección de Jesús es garantía de
nuestra propia resurrección.
APARICIONES DE JESUS RESUCITADO:
La resurrección corporal de Jesús es un elemento central de la fe
cristiana. Al relacionar las apariciones del Cristo resucitado, el Nuevo
Testamento no deja resquicio de duda sobre este acontecimiento.
- A María Magdalena (Mc 16:9; Jn 20:11-18).
- A las otras mujeres (Mt 28:8-10).
- A Pedro (Lc 24:34).A los diez discípulos (Lc 24:36-43; Jn 20:19-25).
- A los once, incluyendo a Tomás (Mc 6.14; Jn 20:26-29).
- Cuando su ascensión (Mc 16:19-20; Lc 24.50-53; Hch 1:4-12).
- A los discípulos en el camino de Emaús (Mc 16:12-13; Lc 24:13-35).
- En Galilea (Mt 28:16-20; Jn 21:1-24).
- A 500 personas (1 Co 15:6).A Santiago y los apóstoles (1 Co 15:7).
- A Pablo en el camino de Damasco (Hch 9:1-6; 18:9-10; 22:1-8; 23:11; 26:12-18; 1 Co 15:8).
Las apariciones visibles de Jesucristo, son signos de su presencia
invisible.
En los relatos de apariciones del Señor, nos llama la atención el que los discípulos no lo reconozcan de
pronto. Por otra parte, comprueban que es El. Esto tiene un profundo
sentido. Naturalmente, es ante todo una prueba más de que la imagen del Señor
resucitado les viene de la realidad y no es creación de su fantasía. Necesitan
tiempo hasta reconocerlo. Pero esto nos hace ver algo aún más profundo que
atañe al mismo Jesús, su novedad Jesús no es ya enteramente el mismo. Sus
apariciones no significan que Quiera continuar unas semanas más su vida
terrena, sino que inicia a sus discípulos y a su Iglesia en una nueva manera de
su presencia. El hecho de que súbitamente pueda ser visto en medio de sus
discípulos, no significa sólo que puede entrar "con las puertas
cerradas", sino que está siempre presente aunque no lo vean. El Señor
resucitado es la nueva creación entre nosotros. Las apariciones son indicios
tácitos de su presencia permanente.A María en el huerto, a los discípulos en el
cenáculo, sobre un monte y a orillas del mar, se le manifiesta en su palabra.
Esto nos llama señaladamente la atención en el relato de Lucas sobre los
discípulos de Emaús Se les junta en persona en el camino, pero esto parece no
decirles nada. Sin embargo: "¿Verdad que dentro de nosotros ardía nuestro
corazón cuando nos venía hablando por el camino y nos explicaba las
Escrituras?" (Lc. 24,32) En la palabra encontraron al Señor.
Una
segunda manera de darse a conocer es un gesto preciso: la "fracción del
pan" en Emaús. Que Jesús celebrara entonces la Eucaristía
con los discípulos de Emaús o no la celebrara, es punto irrelevante. En ambos
casos tenía este gesto el sentido de aludir a la Eucaristía, en que en adelante
se daría a conocer. También el pescado y la miel, que Jesús come, alude a ella
pues antiguamente se juntaba a la celebración eucarística dicha comida. Son
indicaciones de su presencia en la eucaristía. Así pues, al aparecerse
visiblemente, ilustró sobresu presencia invisible.
Por lo mismo soplo también sobre sus discípulos y les dio el Espíritu
Santo, por el que en lo sucesivo nos uniríamos con El.En las apariciones se
habla igualmente del oficio pastoral de Pedro y del perdón de los pecados. Esto
todo son modos de la presencia de Jesús.
Jesús encarnó en su vida, y que desde su resurrección se irradia en el
mundo a través de los creyentes:
- La especial relación y absoluta confianza en el Padre, hecha abandono filial Abba que supera toda servidumbre.
- La renovación de la mente y el corazón;
- La apertura a la salvación definitiva;
- Sobre todo, el dinamismo de la caridad, el amor radical y eficaz "que supera todos los demás dones.